lunes, 22 de septiembre de 2008

La lluvia nos da una tregua, Adis Abeba 22 de septiembre de 2008

Aquí parece que la lluvia nos esta empezando a dar una tregua y ya vemos brillar el sol.

No ocurre lo mismo con la gravedad de los niños que nos llegan. Han fallecido 4 en unas dos semanas. Tres de ellos de apenas dos añitos, malnutridos. Esa ha sido la causa principal; no tener sus familias nada que darles de comer.
Que impotencia se siente cuando en las consultas externas ves que los bebitos van perdiendo peso en los sucesivos controles y que nuestra ayuda muchas veces no es suficiente.

Aunque aquí la muerte se ve con mucha más naturalidad que en nuestro mundo, no deja de ser doloroso oír el grito, la mayoría de las veces desgarrador, de los padres cuando les comunicamos que sus hijos ya no estarán más con ellos.

Las jornadas de trabajo son largas y cansadas, pero ante este panorama como vamos a quejarnos tan siquiera!

Hoy hemos ido al centro a conectarnos con algunos de nuestros amigos por e.mail. En medio de una gran multitud yendo y viniendo hemos visto una madre muy joven tumbada en el suelo, apenas cubierta con ropa, y un niñito junto a ella. No despertaba apenas curiosidad de la gente, pero mi hija al verla me ha dicho: “no podemos quedarnos indiferentes ante tanta miseria. Como se puede vivir en un palacio, cómodamente, y no darse cuenta de la miseria de toda esta gente que su única culpa es haber nacido donde lo han hecho. Y a este niñito que oportunidad le va a dar la vida para salir de esta pobreza?”

Ahora recuerdo que ayer pesamos a una “abuela” de 42 años que venía a solicitar ayuda para alimentar a su nieto. Al verla le preguntamos por su salud y nos dijo que ella estaba bien. La pesamos, con ropa eran apenas 32 kilos y medio…Podéis si quiera imaginarlo?

Así que aunque nuestras condiciones de vida, si las comparamos con el mundo occidental, podrían parecer algo precarias, a nosotros nos parecen absolutamente llevaderas. No os negaremos que echamos de menos algunas cosillas. Entre ellas no esta la plancha! Aquí nadie se fija si vas o no planchado y es un alivio. Tampoco la televisión, lo comentábamos esta noche con nuestras hijas. Echamos de menos a los nuestros, familiares y amigos. También comer verdura, pescado, fruta variada, yogures, embutido, un buen vinito (o no tan bueno). Nos sobran las pulgas y la contaminación; de vez en cuando también el ruido que sale de la mezquita que tenemos más próxima.

Todavía no ha dejado de sorprendernos que al pasear por nuestro barrio o al subirnos a sus minibuses nos miren y se rían. Les llama la atención ver “blanquitos” por aquí. En las tiendas les encanta que intentemos hablar su lengua. De hecho este lunes empezaremos oficialmente el aprendizaje del amárico con un profesor que vendrá a darnos clases al orfanato.

No nos gustaría que los que tenías pensado visitar este hermoso país dejéis de hacerlo por estos comentarios. Vale la pena, os lo aseguramos!!

1 comentario:

Anastácio Soberbo dijo...

Hola, me encanta el blog.
Lo siento no escribir más, pero mi español es malo escrito.
Un abrazo de Portugal